domingo, 18 de diciembre de 2011

En los cuarteles de invierno.

Por estos páramos de Castilla o de León o de lo que sea esto cuando se echa encima el invierno, incluso este que no está siendo demasiado frío, el ciclismo se vuelve a veces penoso y poco apetecible y lo mejor del mismo, que como todo el mundo sabe consiste en subir puertos, incluso poco recomendable.

El vivir en una de las esquinas del de la meseta hace que todo nos caiga lejísimos pero tiene algunas, escasas más bien, ventajas. Una de ellas es que no hace falta alejarse demasiado para "bajarse" en busca de climas un poco más benévolos, además estas diferencias de altitud hacen que en ese borde haya algunos puertos cuya coronación no está demasiado alta y que se pueden subir sin perecer en el intento.

Y en esto he ocupado los últimos fines de semana o festividades.

El pasado día 8 me tocó uno que no había subido nunca, aunque sí bajado. El que comunica la localidad cacereña del Valverde del Fresno con la salmantina de Navasfrías. Esto si que es el rincón más rincón de la región, por que ambas son a su vez limítrofes con Portugal. Un puerto muy agradable con un firme en perfecto estado, a excepción del primer quilómetro, que termina abruptamente, tal como se aprecia en la foto al entrar en la provincia de Salamanca.





Ayer me busqué el punto más bajo de la región, quizá haya quien se sorprenda que en Vega Terrón, en la desembocacura del Águeda en el Duero, haciendo frontera con Portugal, Castilla-León esté sólo a 135 m sobre el nivel del mar. Esto genera un microclima de tipo mediteráneo que hace que hace que abunden plantaciones propias de estos climas como olivo, vid, almendro e incluso naranjos.

La ruta transcurrió en buena parte por el vecino país. Primero subí hasta Ligares, esta subida la descubrí en la web de Salva del Cabaco



No es muy largo pero es una auténtica pared, puedo decir que está bien medido, he visto 12, 13,14 y hasta el 17%. Aquí se ve desde el otro lado.



Al otro lado del valle, desde donde está hecha la foto anterior está el alto da Sapinha, pero se puede prolongar 6 km más la subida para llegar hasta Escalhao.







Con esto iba a terminar la jornada, con las dos subidas iba a igualar mi récord de puertos subidos en el año 2009, 83 pero aprovechando que me encontraba bastante bien y que a esas alturas del día la temperatura era más que agradable decídi subirme hasta Fregeneda, ya en España, y sumar uno más. La subida es bastante suave, pero no deja de tener sus casi 10 km, así que también cuenta.



En total me salieron casi 80 km muy entretenidos, ni uno llano, con una temperatura muy tolerable, al final abajo en el rio había 14º, y descubriendo algunos paisajes preciosos, por ejemplo para bajar de Ligares me metí por una carreterita estrechita que baja por el valle de un riachuelo que va haciendo meandros entre impresionantes peñascales. Un poco de acojono también, la verdad, porque es de esas veces que te metes en sitios que yendo tú solo te hacen pensar que si te pasa algo te comen los buitres, abundantes por cierto, porque aquello tiene pinta de no pasar nadie en días.




Este e es el perfil completo de la ruta.



Y hoy no tenía demasiado claro que hacer pero cuando me leventé el termómetro marcaba -1.5º y sin demasiada pinta de querer subir así que me fui otra vez por tierras extremeñas. Dejando el coche el límite provincial y abrigándose un poco se puede bajar bien el puerto porque al no haber sudado aún la sensación de frío es mucho menor, además en cuanto se empieza el descenso la temperatura comienza a ser más agradable, hasta llegar a los 13º que había por Moraleja, que está poco más de 200 m sobre el nivel del mar. Luego la sensación al subir el puerto es contraria, la temperatura ba bajando pero vas generando tu propio calor y cuando llegas arriba te metes directamente al coche y ya está.



Total que con este supero mi record de puertos, y lo dejo de momento en 85, además de que por primera vez paso de los 15.000 km en un año, y todavía quedan las vacaciones.